Por fin tu bebé cumple seis meses, ya ha logrado los distintos hitos requeridos y os lanzáis, por fin, a una nueva aventura (por si no habían sido pocas desde que nació): ¡la alimentación complementaria! Resulta muy emocionante ir dando trozos o triturados a tu hijo o hija, pero es normal sentirse un poco confusa. ¿Este alimento será bueno?, ¿se atragantará?, ¿le doy frutos secos? Por suerte, la nutricionista pediátrica Madu (@recetas_nutritivas_bebe) ha compartido una pequeña guía con algunas pautas de todo aquello que se debería contar a los padres sobre la introducción de sólidos para ahorrarles muchos dramas.
Una alimentación complementaria para tu bebé segura y sin dramas
A continuación, recogemos algunas de las pautas más importantes que esta nutricionista pediátrica ha compartido en las redes sociales. Como verás, no son los típicos consejos, sino que aportan pequeños detalles que, quizá, nunca te habían contado. Estos pueden marcar la diferencia para garantizar que el proceso de introducción de sólidos sea un éxito y dejar el drama de lado.
- Es mejor empezar ofreciendo verdura antes que con fruta. Los sabores dulces de las frutas pueden hacer que los bebés rechacen las verduras si se ofrecen primero.
- En esta primera etapa, el hierro es clave. Las reservas de hierro se agotan alrededor de los seis meses; es necesario reponerlo para favorecer el desarrollo cerebral y evitar la anemia en tu bebé.
- Trozos grandes vs. pequeños. Si decides hacer Baby Led Weaning con tu bebé, debes tener en cuenta que, al principio, los bebés no pueden masticar ni sujetar bien los pedacitos de comida diminutos. Aunque pueda parecer lo contrario, ofrecer trozos manejables es más seguro para los bebés.

- Aunque tu hijo tenga dientes, puede comer trozos. Los purés solos no enseñan a masticar. Las encías son lo suficientemente fuertes para manejar texturas blandas desde los seis meses. En cualquier caso, para estar segura de si un alimento es seguro, haz la prueba de chafarlo entre tus dedos.
- Evita sal, miel y azúcar antes del año. Los alérgenos, en cambio, deben introducirse desde los seis meses.
- Ofrece agua tras cada comida. Es una forma sencilla de mantener al bebé hidratado.
- Paciencia con los alimentos. Algunos sabores necesitan entre 20 y 25 intentos antes de ser aceptados, lo que ayuda a reducir la selectividad futura. Por lo tanto, es importante que tengas muuuucha paciencia.
- Incorporar especias y aceites desde los seis meses. Facilita que el bebé disfrute de nuevas verduras y sabores.
BLW, Bliss y purés: cómo empezar la introducción de sólidos
Existen distintos enfoques para iniciar la alimentación complementaria, y no hay uno único que funcione para todos. El BLW (Baby Led Weaning) permite que el bebé explore y se alimente solo usando trozos de comida que pueda agarrar con las manos y manejar a su propio ritmo. Este método potencia la autonomía, la coordinación mano-boca y facilita la exposición a diferentes sabores y texturas desde el principio.
El método BLISS propone una variación del BLW. El bebé también se alimenta con sus propias manos, sin la intervención del adulto, pero se pone especial atención en los alimentos que se ofrecen. Así, además de fruta y verdura, en cada comida se ofrece un alimento rico en hierro y un alimento energético. Además, se proponen ligeras variaciones sobre cómo ofrecer los alimentos para evitar atragantamientos.
También existe la posibilidad de dar triturados (purés y papillas) al bebé para ir introduciendo los diferentes alimentos. Y, por último, también se puede hacer un mix de todo para que la familia encuentre su propio método de una manera sencilla y adaptada a sus necesidades.
La evidencia científica más reciente subraya la importancia de no retrasar demasiado la introducción de piezas y texturas más consistentes. Un estudio de cohorte publicado en 2024, realizado con miles de bebés, encontró que introducir trozos adecuados para la edad de forma temprana (cuando el desarrollo oral y motor lo permite) se asocia con mejores resultados en áreas de neurodesarrollo durante la infancia.
La alimentación complementaria debe iniciarse alrededor de los seis meses, siempre que el bebé cumpla señales claras de preparación: mantener la cabeza erguida, no tener el reflejo de extrusión, mantenerse sentado, mostrar interés por los alimentos y ser capaz de llevar objetos a la boca. Cada bebé tiene su propio ritmo, y respetarlo es clave para una experiencia segura y positiva; forzar el proceso puede generar rechazo y convertir las comidas en un momento estresante.

Ideas muy muy sencillas para la alimentación complementaria
Si vas a empezar la alimentación complementaria con tu bebé y te faltan ideas sobre qué puedes preparar, a continuación, encontrarás algunas posibilidades. Como verás, no hace falta complicarse: con ingredientes básicos se pueden preparar comidas nutritivas, seguras y atractivas para el bebé.
- Verduras al vapor en trozos blandos como zanahoria, calabacín o brócoli, cocidos hasta que estén tiernos, perfectos para agarrar y morder.
- Triturado de legumbres: lentejas o garbanzos cocidos y triturados, con un poco de aceite de oliva.
- Frutas como el plátano, la pera o el aguacate en trozos manejables para practicar la autonomía.
- Mini tortitas de avena y plátano: solo avena, plátano y un poco de leche materna o de fórmula. Fácil de aplastar y perfecto para el desayuno de tu bebé.
- Huevos revueltos suaves: una fuente de proteínas si el pediatra lo autoriza.
La clave está en ofrecer variedad, respetar los tiempos del bebé y disfrutar del proceso (sí, disfrutar). Cada intento de probar un alimento nuevo es un paso hacia la autonomía y la aceptación de distintos sabores y texturas. ¿Listos para acabar con el drama de la alimentación complementaria?
Referencias
- Zong, X., Wang, Y., He, T., Chen, S., & Wen, D. (2024). Timing of food pieces introduction and neurodevelopment: Findings from a nationwide birth cohort. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 21(1), 1–10. https://doi.org/10.1186/s12966-024-01669-5