Muchos padres se sienten desesperados cuando su hijo o hija rechaza un plato nuevo. Esa frase tan típica de “¿Cómo sabes que no te gusta si nunca lo has probado?” aparece una y otra vez sobre la mesa. Por suerte, hay un pequeño truco que hemos bautizado como “arcoíris de sabor” que puede ayudarte a transformar ese rechazo en curiosidad. Con esta estrategia, los niños prueban alimentos nuevos, sobre todo frutas y verduras… casi sin darse cuenta. ¡Adiós, peleas!
En qué consiste el truco del arcoíris de sabor para la hora de la comida
Este truco del arcoíris de sabor funciona tan bien porque en realidad es un juego. Y ya se sabe que los niños aprenden y disfrutan mucho más cuando introducimos un componente lúdico en su día a día.
Pues bien, esta estrategia consiste en cada semana escoger un color; el que más os guste. Podéis seleccionarlo escribiendo distintos colores en papelitos y haciendo un sorteo, usar una ruleta de la suerte o simplemente llegar a un acuerdo. Durante esa semana, tenéis que buscar 2 o 3 alimentos de ese color; pueden estar ya en la nevera, en el frutero, en la despensa o incluso en el mercado o supermercado si tocaba compra ese día. Lo importante es que el niño participe desde el principio: buscar, señalar, reconocer y nombrar los alimentos del color elegido.
Gracias a esta propuesta, descubriréis alimentos que nunca habéis probado. Esto es una oportunidad maravillosa para buscar información sobre su origen, sobre cómo se cultivan (en caso de que sean frutas o verduras, que será lo que más encontréis), sobre cómo se cocina, etc. Como parte de vuestro juego, podéis explorar el alimento: cómo huele, cómo sabe, ¿está frío?, ¿es suave?...
La curiosidad del niño por conocer el alimento hará que esté más dispuesto a probarlo, aunque la clave está en no obligarlo. Invítalo a explorar a través del juego para incentivar su curiosidad y vencer su resistencia.

Paso a paso para poner en práctica el truco del arcoíris de color
Te propongo esta rutina sencilla, paso a paso, que es perfecta para hogares con poco tiempo (es decir, casi todos):
Paso 1. Elegid el color del arcoíris de la semana.
Paso 2. Buscad juntos 2 o 3 alimentos. No tienen que ser nuevos. Combina uno que ya conoce con otro que no ha probado, por ejemplo, el pepino (que ya lo conoce) con el kiwi (a veces le gusta) y el brócoli (como alimento nuevo).
Paso 3. Colocad todos los alimentos en una bandeja para que podáis verlos juntos y compararlos.
Paso 4. Explorad con todos los sentidos (incluido el gusto, si el niño quiere). Puedes hacer preguntas a tu hijo del tipo: ¿cuál huele más fuerte?, ¿cuál está más blandito?, ¿cuál es más dulce?, ¿cuál te gusta más?…
Paso 5. Seguid disfrutando del juego y, con un poco de suerte, probando nuevos platos y alimentos.
Por qué funciona tan bien este truco para probar nuevas comidas
La fuerza del arcoíris radica, por un lado, en que activa la curiosidad natural de tu hijo. Los niños sienten una enorme atracción por el color, sobre todo cuando es muy llamativo. Cuando el alimento se convierte en parte de un juego visual, deja de ser ‘lo que me obligan a comer’ y pasa a ser ‘lo que quiero descubrir’.
Además, el hecho de que lo convirtamos en un juego quita la presión al niño de que le tenga que gustar ese alimento nuevo que está probando. El niño no siente que esté comiendo verdura (o lo que sea), sino que participa en una misión divertida. Eso reduce las peleas, evita las rabietas y hace que se abra a probar.
Aunque parezca un simple juego, este tipo de actividades sensoriales están muy estudiadas. Un trabajo publicado en la revista Appetite analizó cómo la exposición multisensorial (ver, tocar, oler) ayuda a los niños a aceptar alimentos nuevos con más facilidad.
El estudio explica, de manera muy sencilla, que el cerebro infantil necesita familiaridad antes de aceptar un sabor desconocido. Cuantos más sentidos participen, más rápido se produce esta familiarización. Sin darse cuenta, el niño reduce su rechazo inicial y se anima a probar. Esto no garantiza que vaya a gustarle todo, pero sí abre la puerta a que lo intente, que es el primer paso.

Ideas de alimentos de colores para vuestro arcoíris de sabor (para días con prisa)
Y, por si te quedas sin ideas de alimentos para vuestros colores perdidos, aquí van algunas:
- Rojo: fresas, tomates, pimiento rojo, sandía…
- Amarillo: maíz cocido, plátano, mango, queso…
- Verde: guisantes, uvas verdes, acelgas, manzana verde…
- Morado: berenjenas, col lombarda, remolacha, ciruelas…
- Naranja: zanahoria, mandarinas, boniato, calabaza…
En la alimentación infantil, los avances suelen llegar más rápido cuando conseguimos crear un ambiente agradable y distendido en las comidas y las cenas. Y el truco del arcoíris de sabor es exactamente eso: eliminar peleas y crear curiosidad.
No necesitas materiales especiales, ni recetas complicadas, ni dedicar una tarde entera. Solo elegir un color y dejar que tu hijo explore. Quizá hoy solo mire; puede que mañana toque; y seguramente pasado… ¡dé un pequeño mordisco!
Referencias
- Wardle, J., Cooke, L. J., Gibson, E. L., Sapochnik, M., Sheiham, A., & Lawson, M. (2015). Exposure to foods’ non-taste sensory properties: A nursery intervention to increase children’s willingness to try fruit and vegetables. Appetite, 84, 1–6. https://doi.org/10.1016/j.appet.2014.08.040