Cuando los niños dicen ‘no’ a la fruta, puede que no sea por el sabor… sino por la textura

Puede que no supieras que, cuando los niños rechazan la fruta, el problema no sea el sabor, sino la textura. La ciencia explica por qué y cómo ayudarles a aceptarla sin presiones.
Niño probando distintas frutas con curiosidad mientras su madre le anima en una cocina luminosa.
A veces los niños no rechazan la fruta por el sabor, sino por su textura. ;idjourney-RG

Cuando uno de tus hijos frunce el ceño ante una mandarina o se niega a tocar una rodaja de kiwi, o dice que no a un plátano maduro salvo que le quites la parte "pocha", lo más habitual es pensar que no le gusta la fruta por sus colores vivos y sus sabores, con poca gracia en comparación con otros alimentos que les suelen gustar mucho más a los niños y niñas pequeños. Pero los últimos hallazgos científicos indican que el rechazo puede tener más que ver con cómo se siente la fruta en la boca —la textura— que con su sabor.

La ciencia lleva tiempo señalando que la textura es un determinante clave del gusto infantil, incluso más que el sabor o el color. y eso que este último, el color, también es decisivo a la hora de que un alimento guste o no a los niños: así lo demostró un estudio reciente que probó que rechazan las galletas si son verdes.

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Estudios demuestran el impacto de la textura en el gusto por la fruta

Puntualizado esto, hasta tres estudios relativamente recientes coinciden en apuntar en que el impacto de las texturas es decisivo en la relación de los niños y niñas con la fruta. Por un lado, un estudio europeo con más de 400 niños de entre 9 y 12 años liderado por investigadores de seis países europeos (Hörmann-Wallner et al., Frontiers in Nutrition, 2021) que analizó cómo las preferencias de textura se relacionan con la variedad alimentaria infantil demostró que los niños que preferían texturas suaves, homogéneas y poco fibrosas comían menos frutas, verduras y legumbres. En cambio, quienes toleraban texturas más firmes o granuladas tenían una dieta más diversa.

Otro estudio de esta década acerca de la sensibilidad oral y la neofobia alimentaria (Cappellotto et al. Appetite, 2021) descubrió que los niños con mayor sensibilidad táctil en la boca (que sienten más intensamente las texturas rugosas, húmedas o blandas) son también los que muestran mayor miedo o rechazo a probar alimentos nuevos. Es decir, que algunos niños perciben la textura como “demasiado intensa”, lo que provoca un rechazo automático, incluso si el sabor es agradable.

Un niño pequeño se come una pieza de fruta
Un niño pequeño se come una pieza de fruta

Y por último, una revisión sistemática sobre la percepción oral infantil (Chow et al. Critical Reviews in Food Science and Nutrition, 2024) que revisó más de 60 estudios sobre cómo los niños perciben las texturas concluyó que la edad, la experiencia y la exposición repetida cambian la forma en que un niño acepta o rechaza ciertas texturas. Cuanta más exposición a diferentes consistencias desde etapas tempranas (purés, trocitos, alimentos crujientes, blandos…), mayor aceptación a largo plazo.

Por lo tanto, según esta revisión, ofrecer texturas variadas desde bebé es clave para prevenir la neofobia alimentaria y ampliar el repertorio de frutas y verduras aceptadas. Por eso, hay tantas voces que ponen en valor el método Baby Led-Weaning

Tabla colorida de frutas y verduras frescas, esenciales para una dieta equilibrada
Tabla colorida de frutas y verduras frescas, esenciales para una dieta equilibrada en el embarazo. Midjourney-RG

¿Cómo traducirlo al día a día de la familia?

Para saber si el problema de tu hijo o hija con la fruta tiene que ver con una determinada textura, y solucionarlo en caso de que así sea, se pueden establecer algunos hábitos y costumbres. Estos son los mejores consejos que podemos darte al respecto:

  • Observación: observa qué textura rechaza tu hijo. Si es la fruta muy madura y blandita, o las piezas grandes o con corteza. Si le gusta menos la fruta en puré que entera, etc.
  • Empieza por texturas fáciles: fruta pelada, sin piel, cortada en trozos pequeños, siguiendo los consejos del método BLW para introducir frutas como el mango desde los 6 años.
  • Haz variantes: en vez de kiwi cortado, prueba kiwi en bolitas o daditos; en lugar de manzana en gajos, prueba manzana en palitos finos. Son dos ejemplos de pequeños cambios que pueden resultar decisivos.
  • Habla de la textura: “¿Te gusta que la pera esté crujiente o suave?”, “¿Prefieres la naranja pelada sin hilos?”. Pregutna a tu hijo desde pequeño. Así le das poder de elección y observas qué prefiere.
  • Combina texturas nuevas con conocidas: por ejemplo, mezcla trocitos de fruta con yogur, que añade cremosidad, o con granola crujiente, que añade contraste.
  • Sé paciente y consistente: la familiaridad con la textura lleva tiempo. Un niño puede tardar en aceptar que una fruta tiene “esa sensación” que le disgusta. por ejemplo, que las uvas con piel “se sienten así”.
  • Evita la presión: comentarios como “come esto ya” o “tienes que probar” pueden aumentar el rechazo. Mejor: “Aquí tienes esta fruta, si quieres, la puedes probar cuando tengas hambre”.
Dos niñas comiendo fruta de verano en un picnic
Niñas comiendo frutas de verano de distintas texturas (Midjourney-RG)

En definitiva, si tu hijo dice “no” a las fresas, no te quedes en que no le gusta el sabor. Puede que el sabor sí sea de su agrado pero no así la textura. Adaptarla puede ser el truco que abrirá la puerta a que acepte más fruta. Y cuando eso ocurra, no se garantiza que no deje de comerla de nuevo en alguna otra etapa, especialmente en edades tempranas, ya que suelen pasar fases de rechazo a la comida que antes les gustaba. Puede, incluso, que tu hijo haya desarrollado neofobia alimentaria y aún no lo sepas.

En cualqueir caso, ese sería ya otro momento de la relación de tu hijo o hija con la fruta, porque el problema de la textura habría quedado solucionado. Pero es esencial detectarlo porque a menudo no se tiene en cuenta este factor por parte de los adultos.

Referencias

  • Cappellotto, M., et al. Food Texture Acceptance, Sensory Sensitivity, and Food Neophobia in Children and Their Parents. 2021. Foods. DOI: 10.3389/fnut.2021.633807
  • Hörmann-Wallner, M., Krause, R., Alfaro, B., et al. Intake of Fibre-Associated Foods and Texture Preferences in Relation to Weight Status Among 9–12 Years Old Children in 6 European Countries. Frontiers in Nutrition, 2021. DOI: 10.3389/fnut.2021.633807.
  • Chow, C.Y., et al. A review on children’s oral texture perception, developmental factors and methods in food texture research with children. Taylor&Francis, 2024. DOI: 10.1080/10408398.2022.2136619

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