Qué decir cuando hacen a tu hijo un regalo que no te gusta (la elegante respuesta de una psicóloga)

Una psicóloga explica cómo reaccionar con educación, poner límites sin conflictos y gestionar esos regalos familiares que no encajan con tu estilo de crianza
Si hacen un regalo a tu hijo que no te gusta, toma nota de las recomendaciones de esta psicóloga
¿Poner buena cara o decirlo abiertamente? Una psicóloga te cuenta qué hacer si no te gusta el regalo que han hecho a tu hijo (Midjourney-MM) - Un niño al que han hecho muchos regalos

Hay escenas familiares que se repiten en todas las casas: cumpleaños, Navidad, una visita sorpresa… y, de pronto, alguien llega con un regalo para tu hijo que no te gusta en absoluto. A veces es porque no encaja con tu forma de criar, otras porque es ruidoso, peligroso, inapropiado para su edad o, simplemente, porque sabes que va a terminar olvidado en dos días. Y ahí estás tú, con tu mejor sonrisa congelada, mientras tu hijo salta de emoción y la persona que ha traído el regalo espera un “gracias” lleno de entusiasmo.

La psicóloga y maestra de Educación Infantil Anna Gomà (@crianza_respetuosa_psypuc) ha salido a tu rescate para darte algunas ideas de respuestas elegantes para evitar dramas y no quedar como la mala (o quisquillosa) de la película. Al final, se trata de poner límites, de una forma amable pero firme, a familiares y amigos, para que los regalos no deseados dejen de ser un problema.

¿A tu hijo le han regalado algo que no te gusta nada? La respuesta de esta psicóloga

En un vídeo que ha compartido en redes, la psicóloga escenifica una situación muy reconocible: tu suegra aparece con un regalo para tu hijo que a ti jamás se te hubiera ocurrido regalar. En este caso, es un hacha de plástico, un juguete bélico, pero podría ser cualquier otra cosa (una pistola de juguete, un botecito de purpurina que todo lo mancha, una ruidosa batería…). Tu hijo, por supuesto, encantado. Pero tú… aún estás decidiendo si es mejor sonreír falsamente o sincerarte, con el peligro de generar un cisma familiar.

La experta plantea dos caminos que solemos seguir y que casi nunca funcionan: “Ay, qué bonito…” La respuesta típica. Sabes que no lo quieres y piensas en esconderlo después, en cuanto llegues a casa. Pero la consecuencia es que tu hijo se frustra al no poder usarlo y la familia puede sentirse engañada.

Cómo responder a tu suegra cuando regala algo a tu hijo que no te gusta.
Los regalos que encantan a los hijos pero que los padres odian (Midjourney-MM)

Otra opción es decirle la verdad a tu suegra: “Esto no me gusta…” La respuesta directa. Probablemente sincera, pero casi siempre acompañada de silencio incómodo, cejas levantadas y posibles discusiones.

Como ninguna de estas dos respuestas funciona demasiado bien, esta psicóloga propone un término medio que combina cortesía, honestidad y límites. Propone dos frases clave:

  • Qué detalle. Gracias. Cariño, ¿qué te parece si lo dejamos aquí, en casa de la abuela, para jugar cuando vengamos?”. Esta opción funciona cuando el regalo no te gusta, pero tampoco quieres herir sensibilidades. El mensaje es amable, no rechaza la intención y establece un límite práctico sin conflicto.
  • “Gracias por pensar en él. Nosotros preferimos que los regalos sorpresa los consultéis antes, así evitamos duplicados.” Esta es una frase clara, respetuosa y perfecta para marcar límites hacia el futuro. Pone normas sin acusar ni señalar.

El resultado en ambos casos es un equilibrio entre agradecimiento y sinceridad. Como dice la psicóloga, es un “límite puesto, sin drama”.

Otras ideas para poner límites a los regalos de familiares y amigos de forma amistosa

Aunque las frases anteriores pueden ayudarte en el momento, muchas familias necesitan soluciones a medio plazo, porque los regalos no deseados suelen repetirse año tras año. Aquí tienes estrategias útiles que funcionan con abuelos, tíos y amigos bienintencionados que a veces no terminan de entender tu estilo de crianza:

1. Adelántate: ofrece una lista de regalos que sí te encajan. No hace falta que sea rígida, solo orientativa. Puedes compartirla por WhatsApp antes de fiestas o cumpleaños. Por ejemplo: Juguetes educativos, Libros ilustrados, puzles, experiencias (entradas a museos, talleres, etc.). Muchos familiares agradecen no tener que improvisar.

2. Explícales tu estilo de crianza. No hace falta que organices una clase de parentalidad ni un gran discurso, basta con un: “Estamos intentando reducir los juguetes bélicos”, “Preferimos que tenga cosas que pueda usar de forma autónoma”, “Nos gustaría evitar ruidos excesivos.” Esto ayuda a que entiendan que no es un capricho, sino una decisión educativa.

3. Limita las cantidades. A veces el problema no es el qué, sino el cuánto. Puedes decirlo de forma amable: “Con uno nos basta, así lo disfruta más”. Esta opción es especialmente ventajosa si lo que temes es que tu hijo se convierta en un niño hiperregalado.

4. Negociación anticipada. Si tienes un familiar que suele regalar sin consultar, puedes decirle: “Este año queremos centrarnos en cosas pequeñas. ¿Te parece si te paso algunas opciones?”

5. Y si nada funciona… mejor aceptarlo. Hay familias en las que, por más explicaciones, listas o límites que marques, siempre aparecerá un regalo que no encaja. En esos casos, respirar hondo, agradecer y gestionar el uso en casa puede ser lo que más paz aporte. No todos los regalos tienen que quedarse para siempre, ni tu hijo tiene que jugar con todo.

La recomendación de una psicóloga sobre qué responder ante los regalos de tus hijos que menos te gustan.
Baterías ruidosas, juguetes bélicos, muñecos que hablan... a ningún padre le gusta que hagan estos regalos a sus hijos (Midjourney-MM)

Ranking de los regalos más odiados por los padres

Para terminar, recopilo algunos de los regalos que más suelen generar rechazo en las familias. En todas las encuestas informales, grupos de WhatsApp y conversaciones de parque salen los mismos sospechosos habituales:

  • Instrumentos ruidosos. Los reyes del caos: tambores, trompetas, panderetas, flautas... Ideales para fiestas, no tanto para tenerlos en casa.
  • Juguetes bélicos. Pistolas de juguete, espadas, hachas o rifles de plástico. Muchos padres prefieren evitarlos por coherencia con su modelo educativo.
  • Juguetes gigantes que no caben en ninguna parte. Casas enormes, coches XXL, pistas de mil piezas… El drama logístico está servido.
  • Muñecos que hablan, cantan o repiten frases sin parar. Estos juguetes ruidosos son el terror nocturno de cualquier padre, sobre todo cuando no tienen botón de apagado.
  • Slime, masas pegajosas o kits que manchan todo (sobre todo con purpurina). Divertidos para los niños, pero pesadilla para ti, para la ropa y para los sofás.
  • Los juguetes de moda que duran dos semanas. Tu hijo los quiere, por encima de todo, y le encanta… durante dos semanas. Luego acaban olvidados al fondo de un cajón.

Si estás de acuerdo en que estos juguetes son los peores horror de los padres… ¡no caigas tú tampoco en regalárselos a los hijos de otros!

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