Durante décadas, las familias han seguido casi sin cuestionarlo el mismo ritual cada vez que un niño tenía diarrea: arroz blanco, zanahoria cocida, manzana y litros de paciencia. La famosa dieta astringente era, para muchas madres y padres, un ‘clásico infalible’. Sin embargo, hoy esa recomendación ha cambiado por completo. Las nuevas guías internacionales, incluidas las de la OMS, recomiendan justo lo contrario para acabar con la diarrea infantil.
La dietista-nutricionista especializada en pediatría Lidia Folgar (@lidia_folgar) lo resume con claridad en un vídeo: “Durante años, ante un caso de diarrea infantil, se recomendaba la famosa dieta astringente (…) pero las guías basadas en la evidencia científica actual (…) coinciden en que esta práctica ya no se recomienda”. Entonces, ¿qué hacemos ahora cuando nuestro hijo tiene diarrea?
De la dieta astringente a nuevas recomendaciones: esto se recomendaba antes

Hasta hace relativamente poco, ante cualquier episodio de diarrea infantil, la recomendación era prácticamente automática: dieta blanda y restrictiva. Arroz blanco, zanahoria cocida, patata hervida, manzana rallada o al horno y pan tostado. El objetivo era frenar la diarrea reduciendo la fibra y los estímulos intestinales.
Durante años, esa estrategia se consideró correcta. No solo en España, sino también en muchas guías pediátricas de distintos países. La idea era que, al descansar el intestino, la recuperación sería más rápida. Pero había un problema: esa dieta, aunque bienintencionada, nunca tuvo un respaldo sólido de la evidencia científica. Y hoy sabemos que no solo no ayuda… sino que puede generar efectos no deseados.
Las recomendaciones actuales para la dieta ante diarrea infantil
La revisión de investigaciones recientes y las recomendaciones de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las guías clínicas internacionales han dado un giro importante en lo que se refiere a lo que se recomienda comer ante un episodio de diarrea infantil. Según estos estudios —incluida la guía de la OMS para el manejo de la diarrea infantil y revisiones sistemáticas como la publicada en Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition— el enfoque actual se basa en mantener la alimentación normal, no restringirla.
Las recomendaciones actuales para la diarrea infantil recogen puntos clave como:
- Mantener la alimentación habitual desde el primer día. Los expertos coinciden en que no hay motivos para retirar alimentos en un niño con diarrea. De hecho, la OMS subraya que continuar con la alimentación normal favorece una recuperación más rápida. Tal y como explica la nutricionista Lidia Folgar: “Los estudios muestran que restringir alimentos no acorta la diarrea ni mejora su evolución”.
- Ofrecer comidas pequeñas y frecuentes. Es habitual que el apetito disminuya, por lo que la clave es no forzar, pero sí ofrecer pequeñas cantidades de alimentos que el niño tolere bien.
- Mantener la lactancia materna. La OMS recomienda continuarla siempre, si se ofrece de forma habitual, incluso durante episodios de diarrea, por su efecto protector y la facilidad de digestión.
- Hidratación correcta con suero de rehidratación oral, del que se compra en las farmacias. Esto es importante, porque suele ser muy recurrente que se recomiende tomar ese famoso refresco comercial en el que tú y yo estamos pensando. Sin embargo, esto no es aconsejable.
- Suplementación con zinc en contextos de riesgo. Las guías de la OMS incluyen el zinc como apoyo terapéutico en casos donde puede existir déficit nutricional. Consulta siempre con un profesional antes de ofrecerlo a un niño.
- Algunos probióticos específicos. Solo ciertas cepas, con evidencia, pueden reducir ligeramente la duración de la diarrea.
La idea central es clara: durante la diarrea no hay que quitar comida, sino mantenerla. Comer ayuda a reparar el sistema digestivo y favorece que el niño recupere fuerzas antes.

¿Por qué se han hecho estos cambios en las guía sobre diarrea en niños?
Las recomendaciones han cambiado porque la ciencia ha avanzado. Los estudios actuales han demostrado que la dieta astringente no solo no mejora la evolución de la diarrea, sino que puede generar efectos no deseados, sobre todo en bebés y niños pequeños.
Lidia Folgar lo explica así: “Seguir una dieta astringente puede tener consecuencias en la infancia: pérdida de peso y masa muscular especialmente en lactantes y preescolares, déficit de micronutrientes (hierro, zinc, vitaminas del grupo B… justo cuando el cuerpo humano los necesita para reparar el intestino”.
Además, la restricción alimentaria puede provocar:
- Recuperación más lenta del epitelio intestinal
- Retardo en la vuelta del apetito
- Mayor riesgo de desnutrición aguda o persistente, especialmente si el episodio dura varios días o es recurrente
Por eso, las guías actuales —respaldadas por la OMS, la Academia Americana de Pediatría y entidades europeas de gastroenterología infantil— coinciden en abandonar la dieta astringente. Como resume la propia nutricionista: “La dieta astringente fue una práctica bien intencionada, pero sin respaldo científico. Hoy sabemos que comer durante el episodio de diarrea infantil mejora la recuperación y previene complicaciones”.
Referencias
- Guarino, A., Aguilar, J., Berkley, J., Broekaert, I., Vázquez-Frías, R., Holtz, L., Lo Vecchio, A., Meskini, T., Moore, S., Rivera Medina, J. F., Sandhu, B., Smarrazzo, A., Szajewska, H., & Treepongkaruna, S. (2020). Acute gastroenteritis in children of the world: What needs to be done? Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition, 70(5), 694–701. https://doi.org/10.1097/MPG.0000000000002669
- World Health Organization. (2005). The treatment of diarrhoea: A manual for physicians and other senior health workers (4th rev. ed.). WHO. ISBN 9241593180 https://www.who.int/publications/i/item/9241593180