Cuando las noches se convierten en una sucesión infinita de despertares, muchas familias empiezan a plantearse el destete nocturno como una vía para recuperar el descanso. Eso fue lo que le ocurrió a Rocío García-Viso, matrona y divulgadora (@rocio.matrona), cuando su bebé de 12 meses pasó de despertarse dos o tres veces a necesitar el pecho de forma constante durante toda la noche. En un vídeo que ha compartido en redes, explica con claridad y paso a paso qué plan de destete nocturno siguió y por qué le funcionó.
La experiencia de esta matrona puede servir de guía a otras familias que estén planteándose dar este paso en su lactancia materna. A menudo, el destete nocturno es percibido como un proceso complicado en el que surgen miles de dudas. No dudes en pedir consejo profesional si necesitas una ayudita extra.
En qué consiste el plan de destete nocturno de esta matrona con su bebé
La matrona Rocío García-Viso explica en este vídeo que ha compartido en sus redes sociales que decidieron iniciar el destete nocturno tras dos meses especialmente duros: los despertares de su bebé eran cada vez más frecuentes y ella empezaba a sentir dolor en el pecho y un cansancio acumulado difícil de sostener. Antes de iniciar ningún cambio, eligieron una ventana de oportunidad, es decir, un periodo previsiblemente tranquilo, sin viajes, sin enfermedades y sin alteraciones importantes en la rutina familiar.
Una vez elegido el momento, apostaron por el conocido “método padre”, una estrategia que consiste en que la persona que no lacta sea quien atienda al bebé durante la noche. “Mi marido empezó a encargarse de las noches del peque al 100%”, cuenta la matrona, “tanto que yo me salí cuatro noches de la habitación”.

Pasos que esta matrona siguió para lograr el destete nocturno
Durante esos primeros días, el padre atendió todos los despertares y ofreció biberón con leche materna extraída, y más adelante, cuando ya la habían introducido, leche de vaca. La primera noche fue la más intensa: el bebé se despertó tres veces, protestó mucho al no encontrar el pecho y se enfadó especialmente mientras esperaba que se calentara el biberón.
La segunda noche ya fue diferente. Los despertares siguieron existiendo, pero con menos llanto, mayor aceptación del biberón y periodos más cortos de desvelo. A medida que pasaron las noches, el patrón se repitió: menos protestas y menos tiempo despierto.
A los cuatro días, Rocío volvió a dormir en la habitación, aunque mantuvieron la rutina de que el papá atendía todos los despertares. Esa constancia permitió que el bebé comprendiera la nueva dinámica sin confusión.
Dos semanas después de iniciar el proceso, la matrona explica que su bebé ya no necesitaba succionar ni comer para volver a dormirse. La mayoría de las noches las pasaban casi del tirón y, aunque podía despertarse alguna vez, era capaz de volver a tumbarse y dormirse.
“Estamos pudiendo descansar prácticamente la noche entera”, resume. Y esa, para muchas familias, es la verdadera señal de que el destete nocturno ha funcionado.
Otras consideraciones sobre el destete nocturno a tener en cuenta
Además del paso a paso técnico, Rocío recuerda algunos matices importantes que acompañaron todo el proceso de dejar de dormir a un bebé con la lactancia materna. En primer lugar, antes de empezar con el destete nocturno, introdujeron algunos cambios para anticipar el proceso. Por ejemplo, dejaron de dormir al peque al pecho y favorecieron que se durmiera con su padre en la mochila de porteo.
Sobre los despertares: aunque su bebé duerme mucho mejor que antes, aún se despierta alguna vez. Cuando eso ocurre, suele sentarse en la cuna —que está junto a la cama, del lado donde duerme su padre— y, al cabo de unos segundos, vuelve a tumbarse y dormirse sin necesidad de ayuda. Es decir, el destete nocturno no elimina los despertares, sino que ayuda al bebé a gestionarlos de otra forma.
Segundo, aunque ya no suele necesitar tomar biberón por la noche, siguen manteniendo una premisa flexible: si notan que tiene hambre o le cuesta conciliar el sueño, le ofrecen un biberón sin problema. El destete nocturno, explica Rocío, no tiene por qué ser rígido, y escuchar al bebé forma parte del proceso.
En este sentido, explica que los retrocesos son muy habituales: “En nuestro caso, se puso malo con un virus y dejó de querer comer durante unos días porque estaba más flojito y esos días tomó teta de día y de noche tanto como necesitó. Después retomamos el destete y se adaptó con mucha facilidad”.
Y, sobre todo, la matrona subraya algo fundamental: “Cada bebé y cada familia es un mundo”. Y, por lo tanto, no existe un único método válido, ni un ritmo universal, ni una forma ‘correcta’ que sirva para todos.

Qué dice la ciencia sobre el destete nocturno (y por qué puede mejorar el sueño)
Cada familia y cada bebé llevan su ritmo y tienen sus propios procesos de destete. Sin embargo, un ensayo clínico aleatorizado reciente, publicado en BMC Pediatrics, aporta una evidencia clara que encaja con la experiencia de la matrona Rocío García-Viso. El estudio evaluó una intervención de sueño temprana aplicada a lactantes y comparó sus resultados con la atención habitual: los bebés sometidos a la intervención durmieron más tiempo durante la noche y tuvieron despertares nocturnos de menor duración en comparación con los del grupo de control.
¿Qué implica esto para el destete nocturno? Según el estudio, las intervenciones que estructuran la rutina nocturna —promoviendo hábitos predecibles y reduciendo las asociaciones directas entre succión y sueño— se asociaron con mayor duración del sueño nocturno y menos tiempo despiertos durante la noche. Es decir, cuando el contexto favorece que el bebé practique volver a dormirse sin depender siempre de la toma, disminuye la necesidad de despertares largos o repetidos.
Esto no significa que haya que imponer normas rígidas: el ensayo destaca la importancia de intervenciones respetuosas y consistentes. En la práctica de Rocío (el papá encargado de los despertares, retirada progresiva del pecho por la noche y constancia durante las semanas iniciales) se observan precisamente los pilares que el estudio identifica como eficaces: estructura, apoyo y repetición. El resultado, tal y como describe la matrona, fueron noches con periodos de sueño más largos, sin perder el acompañamiento emocional del adulto.
Recuerda: no existe un único modo de hacerlo. Cada familia vive el destete nocturno a su manera, como quieren y buenamente pueden. Lo fundamental es acompañar el proceso con paciencia, respeto y las decisiones que mejor encajen con vuestro hogar.
Referencias
- Sinthong, A., & Ngernlangtawee, D. (2024). Early sleep intervention for improving infant sleep quality: A randomized controlled trial, preliminary result. BMC Pediatrics, 24, 306. https://doi.org/10.1186/s12887-024-04771-6