La etapa de los primeros años de vida de un niño está llena de descubrimientos y aprendizajes, y esto también se aplica a la hora de comer. A medida que los niños exploran el mundo de los alimentos sólidos, es común que desarrollen ciertas manías y preferencias a la hora de sentarse a la mesa. Estas manías pueden variar desde rechazar ciertos alimentos hasta exigir siempre los mismos platos.
Es importante recordar que las manías a la hora de comer en los niños de un año son normales y, en la mayoría de los casos, temporales. Los niños están descubriendo sus preferencias y desarrollando su paladar, por lo que es natural que muestren cierta resistencia a probar nuevos alimentos.

Algunas de las manías más comunes incluyen rechazar ciertos grupos de alimentos, como las verduras o las proteínas, preferir siempre la misma textura o consistencia, o negarse a comer si los alimentos están mezclados.
¿Cómo podemos lidiar con estas manías de manera saludable? Aquí hay algunas estrategias útiles:
- Ofrecer variedad: Aunque el niño pueda tener preferencias, es importante seguir ofreciendo una variedad de alimentos saludables. Esto ayudará a exponerlos a diferentes sabores y texturas, y aumentará las posibilidades de que prueben nuevos alimentos.
- Seamos pacientes a la hora de introducir novedades: Tal vez haya que ponerle el mismo plato varias veces hasta que se decida a probarlo. De vez en cuando podemos darle dos o tres opciones a elegir, así le demostramos que le permitimos tomar decisiones.
- Mantener un ambiente relajado: Evita presionar al niño para que coma o castigarlo por rechazar ciertos alimentos. Esto solo puede generar una asociación negativa con la comida. En su lugar, crea un ambiente agradable y relajado durante las comidas, donde el niño se sienta seguro y sin presiones.
- No hay que angustiarse: Las manías relacionadas con la comida suelen desaparecer con el tiempo. Si no le forzamos a comer, su dieta se irá diversificando poco a poco.
- Evita las prisas: Si el niño percibe nuestra impaciencia, es fácil que pierda el apetito y rechace cualquier novedad. Por muy estresante que sea el día a día, a la hora de comer hemos de intentar dejar a un lado las prisas y preocupaciones, y procurar que el pequeño coma en un ambiente relajado y distendido.
- Raciones no muy grandes: Hay que ponerle la cantidad justa. Si nuestro hijo no come bien y le ponemos un plato muy lleno, se frustrará al ver que no podrá terminarlo.
- Debemos dar ejemplo: cuando los padres predican con el ejemplo, es más fácil que los hijos adopten costumbres saludables como comer fruta. Si en casa lleváis una dieta equilibrada y tomáis fruta y verdura, es muy probable que los niños, aunque al principio muestren resistencias, pero terminarán comiendo de todo de buen gusto.
Recuerda que las manías a la hora de comer en los niños de un año son parte de su proceso de desarrollo. Con paciencia, amor y una actitud positiva hacia la alimentación, podrás ayudar a tu hijo a superar estas manías y disfrutar de una dieta equilibrada y saludable.