Te sorprenderá cómo un poco de caos puede mejorar la crianza de tus hijos según la ciencia

Si con la ciencia funciona está claro que un poco de caos puede mejorar la crianza de los niños y te contamos por qué y cómo conseguirlo.
un poco de caos puede mejorar la crianza

La crianza de los hijos es una de las tareas más desafiantes y gratificantes que pueden experimentar los padres. A menudo, buscamos la manera "correcta" de educar a nuestros hijos, siguiendo consejos, metodologías y planificaciones estrictas. Sin embargo, la ciencia nos demuestra que un poco de caos e improvisación puede ser clave para fomentar la creatividad, la autonomía y el vínculo familiar y a veces, algo tan sencillo como dejar que tus hijos hagan tareas domésticas, puede ser una de las herramientas más sencillas y al mismo tiempo más eficaces a la hora de criar a los niños.

A veces la casualidad juega a nuestro favor y de un poco de caos puede surgir la idea que funciona, el método eficaz y efectivo con el que no habíamos contado en un principio. La divulgadora Mireia Ortega, en su libro “La ciencia y el azar” (Ed. Pinolia), nos recuerda que muchos de los grandes descubrimientos científicos han sido precisamente fruto de la serendipia. Desde los rayos X hasta la penicilina, muchas innovaciones han nacido gracias a la capacidad de los científicos para identificar oportunidades en el caos. Si ellos han podido, cómo no vamos a poder aplicar eso mismo en la crianza de nuestros hijos.

Mireia Ortega es una divulgadora científica especializada en redes sociales y comunicación oral, ella es licenciada en Bioquímica y doctorada en Biomedicina. Actualmente trabaja en un laboratorio de investigación académica y ejerce como vocal de relaciones internacionales en la Asociación Catalana de Comunicación Científica. Este nuevo libro de Mireia Ortega nos sumerge en un fascinante recorrido por algunos de los descubrimientos más importantes de la historia de la ciencia que surgieron por pura casualidad.

En la crianza muchas veces sucede algo similar. Si bien la organización es importante, dejar espacio para la espontaneidad puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades como la resiliencia, la creatividad y la resolución de problemas. A veces es conveniente saber abrazar el azar y aprender de nosotros mismos en las crisis y las sorpresas cuando estamos inmersas en la crianza de nuestros hijos.

un poco de caos puede mejorar la crianza
Una familia jugando y riendo juntos. - Imagen: PF

Beneficios de la improvisación en la crianza

Improvisar fomenta la creatividad y la capacidad de adaptación. Cuando permitimos que nuestros hijos exploren su entorno sin un plan estricto, les damos la oportunidad de descubrir soluciones innovadoras, de pensar “fuera de la caja” y desarrollar lo que los científicos llaman “pensamiento lateral”. Numerosos estudios han venido a demostrar que la flexibilidad y el sentido del humor en la educación generan un ambiente de mayor confianza y conexión emocional entre padres e hijos.

Permitirnos improvisar de vez  en cuando, ayuda a reducir el estrés y la presión familiar. Los padres suelen sentir la necesidad de seguir normas estrictas de crianza y planificar prácticamente todo aquello que consideramos importante, lo que puede generar ansiedad y agotamiento. Aceptar que no siempre podemos controlar todo y que los imprevistos forman parte del proceso alivia la presión y mejora el ambiente en el hogar.

Improvisar también fortalece el vínculo entre padres e hijos. Jugar de manera espontánea, contar historias improvisadas o simplemente dejar que los niños propongan actividades sin un esquema previo puede fortalecer el vínculo familiar. El humor y la improvisación ayudan a disipar tensiones y a que las interacciones sean más genuinas. además siempre podemos buscar ayuda, por ejemplo si queremos contar a nuestros hijos un cuento distinto cada día, podemos apoyarnos en las nuevas tecnologías para conseguirlo de una forma completamente personalizada y en exclusiva para ellos.

Consejos para introducir un poco de caos en la crianza

Al igual que en la ciencia, en la crianza también hay espacio para la serendipia. Porque aunque no nos guste la idea, realmente no todo puede planearse y, a veces, los momentos más valiosos surgen cuando menos los esperamos. Introducir un poco de improvisación y caos en la educación de nuestros hijos no solo les ayudará a crecer de manera más libre y creativa, sino que también hará que la experiencia de ser padres sea mucho más disfrutable para nosotros.

un poco de caos puede mejorar la crianza
Bebé sonriente en brazos de mamá y papá. - Imagen: PF

Abre espacio para la espontaneidad. 

No todo debe estar planificado. Deja que tus hijos elijan cómo jugar o qué actividad realizar sin una estructura rígida. Esto les enseña a tomar decisiones y a confiar en su criterio, algo que es una de las claves de la crianza con apego.

Como dice Mireia Ortega en su libro, “...la ciencia, como la vida, está llena de casualidades. La cuestión es saber convertir estas casualidades en oportunidades” y a lo largo de la crianza aprender a convertir las casualidades en oportunidades, es algo que nos hace bien tanto a los niños como a los adultos.

Usa el humor como herramienta educativa

El humor no solo fortalece la relación entre padres e hijos, sino que también ayuda a reducir la jerarquía y la tensión en momentos difíciles. Ríe con tus hijos, encuentra el lado divertido de los errores y muéstrales que fallar es parte del aprendizaje. Las madres y los padres que utilizan el humor como herramienta educativa tienen mejor relación con sus hijos a corto, medio e incluso a largo plazo, según un reciente estudio.

Permite el error y la exploración

Es común que los padres quieran proteger a sus hijos de los errores, pero aprender de ellos es fundamental para el crecimiento. La psicóloga Mar Romera sugiere permitir que los niños se equivoquen sin juzgarlos, dándoles la libertad de experimentar y aprender por sí mismos. Ten en cuenta que la paciencia a la hora de educar a tus hijos va a ser una de las mejores consejeras para que dejes que aprendan también de sus propios errores y del valor que tiene más que el destino, el recorrido hasta llegar donde se propongan.

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Toda la familia bañándose en el río, incluido su perro. - Imagen: PF

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