Durante años, a muchos padres y madres se les recomendó retrasar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos como el cacahuete. Pero la ciencia, como disciplina en permanente movimiento que es, ha cambiado de rumbo y parecer a raíz de estudios presentados en los últimos años. Por ello, no hace muchos años, los pediatras empezaron a recomendar la introducción del cacahuete pronto, antes incluso del año de vida, y ahora sabemos que este hábito es decisivo en el hecho de que se hayan reducido de forma notable las alergias infantiles al cacahuete.
Un estudio reciente del Children’s Hospital of Philadelphia —el más amplio realizado hasta la fecha— confirma que la alergia al cacahuete en niños ha caído casi a la mitad desde que los pediatras empezaron a recomendar introducirlo temprano
El trabajo, publicado en la revista AJMC, analizó los historiales médicos de más de 120.000 niños de entre 0 y 3 años atendidos en clínicas de Estados Unidos y comparó los diagnósticos antes y después de que las guías cambiaran su enfoque. El resultado es concluyente: una reducción del 43% en la incidencia de alergia al cacahuete y una caída general del 30% en las alergias alimentarias mediadas por inmunoglobulina E (IgE).
Como explican los investigadores del estidio, estos datos confirman que la introducción temprana de alimentos alergénicos, en especial el cacahuete, está funcionando como una medida de prevención eficaz.
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Detalles de un estudio muy relevante
El equipo de investigadores analizó datos clínicos entre 2012 y 2020 de tres cohortes de niños y niñas estadounidenses. Se compararon los periodos antes de las guías (2012–2014) y después de que se publicaran las recomendaciones para introducir el cacahuete desde los 4–6 meses (2015–2019).
Los investigadores observaron que la incidencia de alergia al cacahuete bajó de 0,79% a 0,45%, y que el riesgo de desarrollar cualquier alergia alimentaria mediada por IgE se redujo en un 36%.
El cambio coincide con las guías publicadas tras el estudio LEAP (Learning Early About Peanut Allergy), que en 2015 ya había mostrado que los bebés con alto riesgo (dermatitis atópica o alergia al huevo) reducían en un 81% su probabilidad de desarrollar alergia al cacahuete si lo consumían regularmente desde los primeros meses. Fue entonces cuando, poco a poco, se empezó a cambiar la recomendación, acelerando la introducción del cacahuete en la dieta infantil, que se retrasaba muchísimo.

Prevenir la alergia al cacahuete desde la cuna
El hallazgo consolida la idea que la ciencia y la pediatría manejan desde hace una década aproximadamente: la exposición temprana al alimento enseña al sistema inmunitario a tolerar, no a rechazar. Y en el caso del cacahuete, no es algo menor, puesto que son muchísimos los productos que pueden llevar trazas de esta legumbre que comparte propiedades con los frutos secos, alimento de moda en las meriendas.
En palabras del coautor del estudio, el Dr. David Hill, especialista en Inmunología Pediátrica del CHOP, “vemos por primera vez un descenso real en las alergias alimentarias tras cambiar nuestras guías. Es una prueba de que la prevención empieza en la cuchara del bebé”.
El estudio del Children’s Hospital of Philadelphia ofrece una evidencia sólida al respecto con el ejemplo de la introducción del cacahuete antes del año, ya que evidencia que protege frente a las alergias.
Además, los resultados refuerzan la importancia de no retrasar la introducción de alimentos como huevo, leche o pescado, cuya exposición temprana también puede fomentar la tolerancia inmunológica.

Ahora "solo" queda que las familias asisten esta nueva recomendación con respecto a la introducción del cacahuete, ya que, como pasa con el jamón ibérico en el embarazo, son muchas las familias que prefieren mantener el cacahuete alejado de la boca de sus hijos e hijas pequeños. En Estados Unidos, según el informe, solo un 17% de las familias lo introduce antes de los 7 meses, justo después de concluir la lactancia exclusiva.
Por supuesto, a modo de aclaración, las conclusiones del estudio no implican que se puedan ofrecer cacahuetes enteros —que suponen riesgo de atragantamiento— a un bebé o niño pequeño, sino pequeñas cantidades en forma de crema de cacahuete o polvo, ya sea solo o mezclado con purés. Siempre, por supuesto, siguiendo las recomendaciones del pediatra.
Recomendaciones que incluyen de unos años a esta parte la introducción temprana del cacahuete para limitar al máximo la probabilidad de que se desarrolle una alergia alimentaria al alimento.
Referencias
- Gabryszewski, S.J.; Dudley, J.; Faerber, J.A.; et al. Guidelines for Early Food Introduction and Patterns of Food Allergy. AJMC, 2025;156(5):e2024070516. DOI: 10.1542/peds.2024-070516