Los niños aprenden (casi) todo jugando: su cuerpo, su entorno, sus límites y hasta cómo reaccionar ante lo inesperado. Por eso, convertir ciertos gestos de seguridad en juegos sencillos puede ser una herramienta muy poderosa. Uno de los más útiles, que podría llamarse “Dónde está tu carita”, consiste en enseñar a tu bebé a quitarse una manta que le cubre la cara. Parece un juego tonto, pero podría salvarle la vida a tu bebé en caso de que, en el día a día, una mantita o muselina cayera en su rostro dificultando su respiración.
Por qué tu bebé debe aprender a reaccionar si una manta le cubre la cara
Aunque quitarse una tela de la cara parezca algo simple, para un bebé es una habilidad que no surge de manera automática. Necesita practicarla desde muy pequeñito para que, si una manta, toalla o prenda termina tapándoles la cara mientras se mueve, sepa cómo retirarla sin entrar en pánico. Y la mejor manera de aprenderlo no es corrigiéndoles, sino jugando: con repeticiones suaves, risas y mucha presencia adulta.
En sus primeros meses, los bebés no tienen la fuerza ni el control motor para separar una manta que les tapa la cara o para girarse con rapidez si se quedan boca abajo. Eso convierte una manta aparentemente inofensiva en un peligro. Este pequeño entrenamiento, hecho a su ritmo y en un entorno seguro, puede marcar una diferencia enorme en su autonomía y en su seguridad. Estos son algunos de los motivos por los que jugar con tu bebé a “Dónde está tu carita”:
- Riesgo real e inadvertido. Estudios, como el publicado en Academic Pediatrics, muestran que mantener mantas, sábanas sueltas, almohadas o ropa de cama blanda en la zona de sueño de un bebé aumenta considerablemente el riesgo de asfixia accidental, sobre todo en el caso de los más pequeños.
- Prevención con educación. Enseñarles, desde edades tempranas, a reaccionar ante esta situación (de forma lúdica, sin alarmismos) puede ayudarlos a ganar autonomía, refuerzo motor y, sobre todo, seguridad.
- Además, un estudio publicado en The Journal of Pediatrics también analizó incidentes relacionados con mantas, swaddle wraps y envolturas de bebé, documentando muertes y riesgos de asfixia cuando la ropa de cama blanda cubría la cara o el cuello de los bebés.

Cómo jugar a “Dónde está tu carita” con tu bebé de forma segura
Aquí te dejo una guía paso a paso para hacerlo de forma lúdica y segura, respetando siempre el ritmo de tu bebé:
- Escoge el momento apropiado: mejor durante el día, cuando el bebé está calmado, contento y despierto. Evita hacerlo cuando esté somnoliento o al borde del sueño, también cuando esté irritable por algún motivo (se encuentra mal, tiene hambre, etc.).
- Usa mantas ligeras y transpirables, como telas finas, suaves y fáciles de mover. Una muselina de algodón puede ser una buena opción (las que son un poquito más grandes). Mantén lejos mantas gruesas, pesadas o ropa de cama gruesa.
- Túmbale en el suelo o en un sitio seguro: preferiblemente en el suelo sobre una superficie firme y acolchada si es necesario. También puedes aprovechar, si está tranquilo, el momento después de cambiarle el pañal.
- Empieza el juego: cúbrele lentamente con la manta (sin asustarle), luego dile con voz suave “¿Dónde estás?”, o “¿Dónde está tu carita?” … y retira la manta para que te pueda ver de nuevo. Al principio, tendrás que retirar tú misma la tela, pero poco a poco tu hijo o hija irá retirándola por sí mismo.
Celebra cada intento, con entusiasmo y cariño, y ofrece refuerzo positivo: miradas, sonrisas, palabras cariñosas, risas, aplausos. La idea es que vincule este juego con algo agradable, no con miedo.
Repite el juego con frecuencia, pero sin forzar; con hacerlo en pequeños ratitos varias veces a la semana es suficiente. Lo importante es la constancia y que el bebé lo vea como un juego. Por supuesto, siempre debe hacerse bajo supervisión. Nunca dejes mantas sueltas cuando él duerma o juegue sin que estés con él de manera presente y atenta. Incluso si ya entiende el juego, no significa que su entorno sea seguro por sí solo.

Qué beneficios aporta este juego tan tonto a tu bebé (más allá de la seguridad)
- Desarrollo motor y conciencia corporal. Al explorar con sus manos cómo quitarse la manta, tu bebé mejora su coordinación y su percepción de su cuerpo.
- Autonomía y confianza. Poco a poco, aprende que puede reaccionar por sí mismo, incluso en situaciones inesperadas.
- Hábitos de seguridad desde el inicio. Introducir este tipo de juego temprano ayuda a que la seguridad sea parte natural del día a día, no una imposición.
- Al ser un juego muy sencillo, lo puedes practicar en cualquier momento y disfrutar junto a tu bebé de un momento de disfrute y conexión. Esto es exactamente lo que necesitan los bebés pequeños de sus padres y madres.
- Y lo más importante: te da tranquilidad a ti como madre o padre, sabiendo que estás haciendo algo significativo, sencillo y vital.
Recuerda que para este juego debes evitar siempre mantas gruesas, cojines, almohadas, edredones o cualquier ropa de cama pesada. Este tipo de ropa de cama pesa mucho, por lo que es más difícil de mover y retirar. Como consecuencia, aumenta el riesgo de que dificulte la respiración de tu bebé.
Por otro lado, no esperes resultados inmediatos. Es decir, tu bebé no va a retirarse la manta de la cara a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera… Deberás tener paciencia. Cada bebé tiene su ritmo. Lo ideal es que vaya internalizando la acción como algo natural y sin temor. Lo importante es que priorices el refuerzo positivo, el cariño y la calma. Si lo haces sentir inseguro o asustado, el juego pierde sentido.
Este juego tan sencillo puede parecer insignificante o tonto, pero realmente puede marcar la diferencia. Puede ayudar a tu bebé a ganar una pequeña gran habilidad para reaccionar ante situaciones inesperadas, mejorar su motricidad, su autonomía… Y, además, os ofrece un plus de seguridad y conexión entre papá/mamá y bebé. ¡Vamos a jugar!
Referencias
- Gaw, C. E., Chounthirath, T., Midgett, J., Quinlan, K., & Smith, G. A. (2017). Types of objects in the sleep environment associated with infant suffocation and strangulation. Academic Pediatrics, 17(8), 893–901. https://doi.org/10.1016/j.acap.2017.07.002
- McDonnell, E., & Moon, R. Y. (2014). Infant deaths and injuries associated with wearable blankets, swaddle wraps, and swaddling. J Pediatr, 164(5), 1152–1156. https://doi.org/10.1016/j.jpeds.2013.12.045