A los dos años, los niños y niñas viven su primera revolución emocional. No es exactamente la adolescencia, pero tiene sus similitudes, de ahí que se le conozca a esta etapa de forma coloquial como la 'adolescencia', un juego de palabras que es, cuanto menos, simpático. A esta edad, y hasta los cuatro años aproximadamente, aparecen los “no” rotundos, las rabietas de campeonato y la sensación de que un simple cambio de calcetines puede desencadenar el apocalipsis doméstico. Por eso el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, define la vida a los dos años "como una gran montaña rusa".
Son muchos los padres, especialmente primerizos, que temen el segundo cumpleaños de su hijo o hija. No porque su peque se haga mayor muy rápido, que en cierto modo también, sino porque cumplir 2 años supone entrar de lleno en la temida fase de las rabietas.
Álvaro Bilbao, la voz de la crianza más reconocida en España, recuerda algo esencial a estos padres y madres con niños que atraviesan esta edad: los niños de dos años no son pequeños tiranos, sino pequeños aprendices del mundo que todavía no saben autorregularse. "Cualquier emoción que siente es muy grande y no las pueden controlar", recuerda el neuropsicólogo. "¡Eso hace que a veces se sientan asustados!", añade.
Este descontrol emocional ha hecho que se extienda el término de 'adolescencia' o 'los terribles dos' por las similitudes que tienen ambas etapas, aunque en realidad sean completamente distintas las necesidades y comportamientos en una y otra fase. De entrada, con dos años, incide Álvaro Bilbao, "su cerebro no es capaz de razonar", si bien aconseja empezar a explicarles las cosas con mensajes como "Ya te he dicho que..." o "Si haces eso puedes hacerte daño...".

Es mayor y bebé a la vez
A los dos años, Álvaro Bilbao explica con una frase sencilla lo que está ocurriendo en el desarrollo del niño o la niña: "Es mayor y bebé a la vez".
En esta edad, reflexiona el neuropsicólogo, los niños y niñas "tienen un gran deseo de independencia pero en muchos momentos necesita volver a sentirse cuidado y protegido". Esto, agrega Bilbao, "puede ser confuso para el niño y para los padres", de ahí que sea bueno estar preparados para la etapa de los dos años con un poco de anticipación.
Debes saber, por ejemplo, que con dos años, debido a esa incapacidad para regularse, no te van a hacer caso siempre que quieras y se lo pidas. "Con dos años esperamos que nos hagan caso, que sigan las normas y se comporten, pero en muchos momentos no son capaces de hacer lo que les pides". Hay que tener paciencia, empatía y cuidado con ello, porque puede ser contraproducente la reacción que tengamos en ese momento: "Sienten nuestra decepción y eso les rompe el corazón", dice Álvaro Bilbao.
El neuropsicólogo recuerda que a los dos años, los peques se enfrentan a muchos y grandes retos. "Rabietas, tomar sus propias decisiones, decir que no o aprender a utilizar el orinal son los primeros retos", comenta. "Puede ser algo emocionante pero es difícil aprender y, sobre todo, sentir que ya no dependen tanto de mamá y papá", concluye Álvaro Bilbao.

Las necesidades de un niño o niña de dos años
La idea, en la etapa de los dos años, no es sobrevivir, sino aprender a mirar esta etapa de los dos a cuatro años con ternura: una edad en la que tu hijo no te desafía, sino que experimenta su autonomía; no te ignora, sino que prueba los límites del mundo que empieza a descubrir.
Y por eso ese esencial tener siempre presente qué necesita tu hijo o hija a los dos años. Álvaro Bilbao las resume en seis puntos:
1. Libertad
Con dos años, los niños dominan la marcha y tienen un deseo inmenso de explorar. Quieren hacerlo todo solos, “comerse el mundo”. Su trabajo principal es jugar, experimentar, tocar, descubrir. Nuestro papel es darles espacio para hacerlo con seguridad.
2. Apoyo
Aunque aparenten independencia, su cerebro se parece mucho más al de un bebé que al de un niño mayor. Necesitan tu presencia, tu mirada y tu apoyo emocional cuando se sienten asustados o frustrados.
3. Sueño
Dormir no es un capricho, sino una necesidad tan vital como el aire. El sueño regula su estado de ánimo y su comportamiento. A esta edad, las rutinas predecibles y el descanso suficiente son el mejor bálsamo para todos.
4. Límites
Con la independencia llega la responsabilidad. Es el momento ideal para empezar a enseñar límites con cariño y firmeza. No se trata de castigar, sino de ayudarles a entender las normas que les protegen.
Recientemente, en una entrevista con Ser Padres, Álvaro Bilbao ya hizo hincapié en que "hoy los padres temen más poner límites, y eso también genera problemas".
5. Comprensión
No es fácil tener dos años. Su cerebro todavía no tiene control sobre los impulsos. No te desafían: simplemente no saben hacerlo mejor. La empatía y la paciencia son el puente entre su caos y tu calma.
6. Amor
Después de todo, lo que queda es amor. Eres su persona segura, su refugio y su sentido de vida. Abrázale, sosténle y hazle sentir que, pase lo que pase, tenerte cerca es lo mejor que le ha ocurrido.