Según el INE, tres de cada diez niños crece sin hermanos en España y el número de parejas sin hijos aumenta año tras año. Aunque la causa está relacionada con el retraso de la edad de la maternidad, en numerosas ocasiones a los padres de estos niños se les acusa de egoístas por las consecuencias que algunos opinan que tiene ser hijo único.
Solitario, introvertido, egoísta, caprichoso…Todas estas etiquetas, y alguna más, siguen pesando sobre los niños que crecen sin hermanos y, a menudo también, los padres se sienten culpables.
Sin embargo, diversas investigaciones científicas sobre los hijos únicos desmienten todos estos mitos y aseguran que la falta de hermanos no tiene por qué ser algo negativo, ni determinar la personalidad de estos niños.
Ni introvertidos, ni solitarios
Solitarios, introvertidos y con problemas a la hora de relacionarse y hacer amigos… Más de uno tiene esta opinión sobre los hijos únicos. Pero diversas investigaciones desmontan este mito y demuestran que los niños que cursan la Etapa Infantil y son hijos únicos tienen los mismos amigos que el resto.
Por ejemplo, el estudio “Are only children missing out?”, investigó las habilidades sociales de niños durante sus primeros años de escolarización divididos en grupos de hijos únicos, primogénitos con un solo hermano o hijos nacidos en segunda posición con un solo hermano. El resultado de la investigación determinó que los alumnos que son hijos únicos tienen el mismo número de amigos y de la misma calidad que los niños de otros grupos.

Tanto este como otros informes coinciden a la hora de señalar que las habilidades sociales de un niño no dependen del número de hermanos que tengan y sí del número de situaciones en el que tienen que practicar la relación con otros. Es decir, si un niño no tiene hermanos pero sí la posibilidad de relacionarse con sus iguales y niños de su edad de forma frecuente, obtendrá la misma capacidad de hacer amigos que el resto.
“Las habilidades sociales de los hijos únicos son el resultado sobre todo, del estilo de vida que propicie la familia más allá del ambiente doméstico”, señalan los investigadores.
Excelentes habilidades de lenguaje
Por otra parte, y a favor de los hijos únicos, las investigaciones han comprobado que éstos tienen excelentes habilidades de lenguaje debido a la constante interacción con los adultos.
Además, aunque es verdad que disfrutan con las actividades realizadas por sí solos y tienen menos necesidad de estar en contacto con los demás, esto, si transcurre de forma paralela a sus relaciones sociales con iguales, es una gran ventaja.
Estos niños, al estar acostumbrados a entretenerse solos están mejor preparados para enfrentarse a la soledad. La aceptan con naturalidad y no la ven como algo negativo que signifique falta de apoyo o comprensión.
En definitiva, cuando se analizan los resultados de las investigaciones se llega a la conclusión de que crecer sin hermanos no tiene gran influencia en la personalidad, ni en las habilidades sociales y cognitivas y sí pesan más los factores socio-educativos que rodean a estos niños.
Sin embargo, las etiquetas sí que pueden resultar nocivas, según los expertos: Si un niño está escuchando continuamente que es solitario, egoísta o mimado, puede sentirse definido por ello y crecer interiorizando ese pensamiento fruto de su entorno y que en realidad no tiene por qué definirle.
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