La musicoterapia, según la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) se define como “el uso de la música o de los elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta cualificado con un cliente o grupo de clientes, en un proceso diseñado para promover la comunicación, las relaciones personales, el aprendizaje, la movilización, expresión, organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para producir cambios a nivel físico, emocional, mental, social y cognitivo”. Uno de los objetivos de la musicoterapia también puede ser mejorar la calidad de vida mediante la prevención, rehabilitación o tratamiento. Es decir, que la musicoterapia también se puede utilizar en el ámbito de la salud.

La musicoterapia puede considerarse como un tipo de psicoterapia. Las técnicas empleadas son llevadas a cabo por un musicoterapeuta, con una finalidad específica en cada caso. La musicoterapia puede emplear varias herramientas: la voz, el cuerpo y el movimiento, los instrumentos musicales…
La voz es una de las primeras formas de comunicación en el ser humano: desde que está en el útero, el bebé percibe ya la voz de su madre, y responde a ellos con emociones. Cuando el bebé nace, la voz le sirve al bebé para establecer una comunicación con su madre y con el resto del mundo, e igualmente los cuidadores se comunican con su bebé de esta forma.
En pediatría la musicoterapia también puede tener utilidad. Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), dos ejemplos de aplicación de la musicoterapia serían los bebés recién nacidos prematuros y los niños que padecen trastorno del espectro autista.
Musicoterapia en bebés prematuros

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de completarse las 37 semanas de embarazo. Estos bebés pueden tener problemas de salud a múltiples niveles: respiratorios, cardíacos, cerebrales, digestivos…
Varios estudios han demostrado que la musicoterapia tiene beneficios para los bebés recién nacidos prematuros. Algunos resultados han mostrado mejoras en la función del corazón (como por ejemplo, una frecuencia cardíaca más baja), la respiración y la alimentación. También parece que aumenta los períodos de estado tranquilo en los prematuros. La musicoterapia también puede ser una opción alternativa y libre de riesgos a los medicamentos sedantes que precisan en ocasiones estos recién nacidos.
Musicoterapia en los trastornos del espectro autista

Según la AEPap, los niños con trastorno del espectro autista (TEA) tienen dificultades en el campo de la interacción social y la comunicación. La musicoterapia emplea las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas para permitirles relacionarse con otros, comunicarse y compartir sus sentimientos.
La evidencia científica actual indica que la musicoterapia puede ayudar a los niños con TEA a mejorar sus capacidades en áreas que incluyen la interacción social, la comunicación verbal y las capacidades de adaptación social, entre otros beneficios.
Teniendo en cuenta los datos científicos, mi opinión como pediatra acerca de la musicoterapia es que se trata de un recurso que puede ser beneficioso para los niños en casos seleccionados, como los que se han comentado anteriormente.